En la gran mayoría de ocasiones, la ventilación natural es la
solución más eficaz y económica para aquellas naves o edificios industriales que
albergan procesos que generan una elevada carga térmica en su interior, pues esto conlleva tener un
elevado gradiente de temperatura.
A mayor altura
de la nave, mayor eficiencia del sistema de ventilación natural y condiciones
más idóneas, pues el efecto chimenea
que se crea permite un movimiento de aire de manera más fácil entre los puntos
de aportación y extracción de aire.
El sistema de
ventilación debe garantizar que nunca se sobrepasarán las temperaturas máximas
que admite el proceso de producción según las condiciones definidas por el usuario,
con el fin de no perjudicar la eficiencia del mismo, así como que se obtienen
condiciones de trabajo confortables y agradables para el trabajador.